7 Datos clave

7 datos clave acerca del desayuno que probablemente no conocías

¡Es una invención reciente!: Según explica la historiadora americana Abigail Carroll el desayuno tal y como lo conocemos puede situarse en la segunda mitad del siglo XIX. Antes, la primera comida del día se asemejaba más a la cena o a un almuerzo, incluyendo alimentos como la carne. Debido a las indigestiones por estas comidas fuertes comenzó la transición hacia el actual desayuno

Gracias a él comes mejor el resto del día: Diversos estudios demuestran que las personas que apuestan por un desayuno completo y saludable -desdeñando el consumo de azúcares y carbohidratos de rápida absorción- también comen más sano durante el resto del día. El organismo está surtido de nutrientes y de este modo. 

 Pero no es la comida más importante del día: Este falso mito ha calado fuerte en el inconsciente colectivo de la sociedad actual. Expertos nutricionistas han desvelado que todas las comidas, preparadas de forma saludable y consciente, son importantes y además, desempeñan distintas funciones durante el transcurso del día. Mientras que el desayuno activa el cuerpo durante la mañana, la comida representa el aporte energético central de la jornada y la cena es la puesta a punto para el descanso y la relajación. Comer aperitivos saludables a media mañana contribuye al equilibrio y a la regulación del hambre.

Los españoles no desayunamos bien: Según revela la Encuesta Nacional de Salud de España, la población española desayuna algo líquido más pan, galletas, cereales o bollerías. Este tipo de desayuno supera con mucho al siguiente más popular, basado en solamente algo líquido : café, té, leche, yogur o cacao. Para encontrar un desayuno completo hay que esperar a la tercera opción, compuesta por alimento líquido, fruta y alimentos sólidos como pan o cereales.

La proporción del desayuno perfecto: Según el presidente de la Fundación Española de Nutrición, esta comida debe suponer el 25% de las necesidades energéticas diarias e incluir cuatro grupos de alimentos básicos: cereales, leche o yogures, frutas y el último grupo en el que encajan alimentos como frutos secos, huevos, tomate, aceite de oliva e incluso legumbres o pescado.

Desayunar te hace más productivo: Comer los citados grupos de alimentos de forma equilibrada es fundamental para optimizar el rango de atención y aumentar la capacidad cognitiva, la concentración y el buen desempeño laboral. La horquilla horaria entre 9 y 11 puede convertirse en una de las más productivas del día cuando está precedida del desayuno propicio.

Yogur, el gran aliado: Según el New York Times en la década de los ochenta comenzó el boom del yogur a primera hora gracias a la popularidad de los yogures desnatados. Estos lácteos pueden desempeñar una triple función beneficiosa: mejoran la digestión, refuerzan el sistema inmune y contribuyen a la sensación de saciedad necesaria, evitando picoteos insanos.


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